Comunicados de prensa
Es nuestro deber elevar la voz bien alto para que se respete la vida y las libertades de todos

En el marco de la celebración del Día Nacional de los Derechos Humanos, es nuestro deber elevar bien alto la voz para que se respete la vida y las libertades de todos.
Debo expresar mi solidaridad y mis condolencias a los compatriotas que han perdido a sus seres queridos por la violencia causada por criminales que se financian con el negocio de las drogas ilegales.
Recordemos que el Presidente Duque recibió un país con 200 mil hectáreas de coca como parte del precio de una supuesta paz. El mapa de la violencia coincide con el mapa de los cultivos ilícitos. La amenaza para Colombia NO son sus instituciones democráticas, es la droga que destruye y causa dolor a la humanidad, a la naturaleza, a las familias. Los que se oponen a la fumigación son los mismos que responsabilizan al Estado y hacen política con los muertos. Ah claro, pero sí olvidan que el mejor garante de los derechos humanos es un Estado democrático que monopoliza el uso de la fuerza en todo el territorio e implementa una agenda social amplia.
Manifiesto mi repudio al cinismo del líder de FARC alias Timochenko. Toda Colombia, los Sistemas Universal e Interamericano de Derechos Humanos, la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, innumerables ONG, sabemos que las FARC violaron los derechos de miles de niños en Colombia.
Como los responsables de crímenes de guerra y de lesa humanidad hoy posan de pacifistas, pedimos a la Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas monitorear el negacionismo de FARC y su desprecio por los derechos de los niños.
Cualquier abuso policial es reprochable. El procedimiento contra el señor Javier Ordóñez, quien falleció horas más tarde, tiene que ser investigado y llegar hasta las últimas consecuencias. Solidaridad a sus familiares. Pero Nuestras Fuerzas Armadas son abnegadas, respetuosas, entregadas. No se puede permitir que casos aislados se usen de prexteto para vandalismo y terrorismo. No se puede permitir que quieran pretender acabar la legitimidad de nuestros héroes.
No existe ninguna política de Estado para violar DDHH. Los responsalbes del estallido serán quienes hacen política con el dolor y se valen de discurso incendiario para despertar la violencia.